La Cuaresma, día tras día, con Maurice Zundel.
Maurice Zundel (1897-1975), sacerdote suizo, escritor, poeta, teólogo y – según Pablo VI – “un genio espiritual”.


las iglesias son tan difíciles de llenar porque allí uno se aburre

30. Se aburre por no estar en una aventura

La ciencia es una aventura. Si leen un libro o una revista de ciencias de cierto nivel, a cada página lanzan gritos de admiración, a cada página hay algo nuevo, a cada página encuentran una dimensión desconocida del universo… El arte es una aventura… Y el alpinismo también es una aventura, y hay hombres, armados de coraje magnífico, que aman ese riesgo; se exponen, se arriesgan, porque quieren conocer a la vez la grandeza del peligro y el esplendor de la vida.
¿Y nosotros, qué hacemos? ¿Qué hacemos nosotros mientras esos miles de personas van a helarse durante horas asistiendo a una competencia deportiva? Fuera de la misa obligatoria de los domingos, las iglesias son tan difíciles de llenar porque allí uno se aburre, se aburre por no estar en una aventura, por no comprender que si el hombre crea la ciencia, y el arte, y el deporte, es que hay en él un valor infinitamente mayor que todas las creaciones en que se expresa – tan admirables por demás. Y es justamente la aventura, al final de la cual debe crearse a sí mismo, debe hacer de todo su ser una fuente, un origen, un espacio ilimitado, donde debe marcar la historia con su huella y cambiar su curso y elevar toda la humanidad, soliviar el universo, y realizar el gesto eterno de Dios, el gesto del amor que da.
¿Es que somos ciegos? Sí, es cierto. ¿No vemos pues que la cruz que brilla sobre las iglesias, la cruz que extiende sus brazos hacia nosotros, la cruz que es nuestra única esperanza, es que no vemos que la cruz mide con medida infinita la grandeza de nuestra vida? Pues, en fin, esa cruz quiere decir que Dios muere, que muere para conquistarnos, que hay en nosotros algo tan formidable que para hacerlo surgir se necesita nada menos que la muerte de Dios, nada menos que ponerse de Rodillas el Señor para el Lavatorio de los pies.