La Cuaresma día tras día con Maurice Zundel.

Maurice Zundel (1897-1975), sacerdote suizo, escritor, poeta, teólogo y “un genio espiritual”, según Pablo VI.


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40. Lo más pequeño y oculto hace parte de nuestro apostolado

No se trata de saber lo que recibimos de los demás y de la atención que nos otorgan, sino de saber cómo salvarlos, qué hacer para que ninguno de los valores que tienen se pierda y para que sean Santos.
Entonces veremos más claramente el deber que tenemos de santificarnos, y que para dar testimonio de Jesús en los encuentros con los hermanos, él tiene que ser continuamente la clave suprema de nuestro pensar, actuar y amar.
Lo más pequeño y oculto hace parte de nuestro apostolado. Y si nunca estamos fuera de la Presencia de Dios, tampoco estamos nunca fuera de la presencia de los hermanos.
Pues aunque no nos vean, nosotros ganamos su vida – su vida eterna – lo mismo que un Padre jamás deja a los suyos sino para ganar su pan, sin cesar de llevarlos en el corazón.
Y nosotros hemos de trabajar para ganar el alimento imperecedero del mundo, el Pan vivo bajado del Cielo, pues Él nos dijo: “Vosotros sois la sal de la tierra. Y la luz del mundo.” (Mt. 5,13-14)
El único temor que podemos tener en adelante es el de haber estado en presencia de un Alma si haberle dado la vida.
Y como nada se pierde respecto del Amor, nos faltará ofrecer a Dios, con un corazón de niño, la humillación de haber sido servidores inútiles, redoblando de celo en el cumplimiento de nuestros deberes, para que nuestros actos sean Palabras en el Verbo y expresen humildemente nuestra alegría de amarlo.